viernes, 14 de junio de 2013

"Cándida" de Guillermo Fesser (2006)

   


    Una mitad de los famosos Gomaespuma, Guillermo Fesser, tuvo la genial idea de hacer una incursión en el mundo de la dirección cinematográfica, y como resultado, Cándida, la cual también escribe y produce. 
Sólo una incursión como director, pero muchas más en diferentes campos, siendo guionista de El Milagro de P. Tinto o Las Aventuras de Mortadelo y Filemón.
    
    La verdad es que nunca me he reído tanto con un drama o llorado tanto con una comedia como en esta ocasión. Lo más peculiar es que Cándida está encarnada por Cándida Villar, quien en la vida real fuera la asistenta en casa de la familia Fesser cuando estos eran críos. El personaje, el de una humilde limpiadora en casa de gente adinerada, con una vida llena de problemas y con un punto de vista sui generis para afrontarlos y que no logra entender la amargura de aquel que lo tiene todo. Teniendo un hijo yonki con el sueño de ser famoso cantaor de flamenco, otro hijo esquizofrénico, quien piensa que tiene contacto con los marcianos, los que según cuenta “están gilipollas” y un marido que la vejó todo lo que pudo estando en vida, decide ayudar a un presentador de tele con éxito que no es capaz de apreciar todo lo que la vida le ha brindado.

   Una sucesión de situaciones un tanto cómicas y unas expresiones adaptadas a la misma Cándida, hace que pasemos un buen rato y que, por momentos, nos sintamos tontos haciendo montañas de los granos de arena que se nos presentan en esta vida. Gracias Cándida y a todo el mundo que afronta con fuerza y ganas esta vida y hace que la gente que le rodea se le hagan las cosas más simples y fáciles.

Vicente Martínez

Nota de vistecheap

    Tatiana Hernández es la directora de vestuario de Cándida. Acerca del vestuario de Cándida poco hay que destacar, pero si queríamos hablar de la trayectoria de Tatiana, ganadora de un Goya al mejor vestuario por "Lope" de Andrucha Waddintong en 2011. Su carrera comenzón con el cortometraje "Esposados" de Juan Carlos Fresnadillo en 1996, película que ganó un Goya y fue nominada a los Óscars. A partir de entonces ha realizado catorce largometrajes, entre ellos "Cándida" (Guillermo Fesser), "Camino" (Javier Fesser) o "Mortadelo y Filemón" (Javier Fesser) por la que recibión su primera nominación al Goya al Mejor Vestuario.


"Lo blando gana a lo duro"...no dejen de leerlo :)
“No hay que tener vergüenza y decir las cosas bonitas, porque bastante feo esta el mundo para estropearlo nosotros, porque ser amable no cuesta dinero... yo toda mi vida he estado fregando escaleras, terrazas y de todo... y sé que lo blando gana a lo duro, pues yo no he visto mancha por muy dura que sea que no salga con el agua... hay tanta gente sola en el mundo como mi hijo, muriéndose por falta de cariño, tanta gente que necesita un beso nada más… porque los besos son blanditos como el agua y quitan muy bien las manchas de la soledad por muy duras que sean... con lo bonito que es ayudar a las personas.”

Cándida

viernes, 24 de mayo de 2013

"Anatomía de un Asesinato" de Otto Preminger (1959)


    


    Esto de que los Oscar sean puro negocio, no es de ahora. No hemos descubierto con esto la penicilina. No es nuevo el hecho de que superproducciones se lleven sacos de Oscars, mientras dejan, si no en el olvido, en un segundo lugar grandes historias llevadas al cine. Este es el caso de Ben-Hur y Anatomía de un Asesinato.


    La adaptación al cine de esta novela, nos deja entrever que no siempre hay un blanco o un negro. Nos enseña un caso de asesinato, donde no sabemos si la víctima es tan víctima o, el falsamente acusado tan falsamente acusado. Donde las apariencias hacen mucho a la hora de juzgar y nos muestran que siempre tenemos esos pequeños prejuicios sobre unos u otros por la forma de ser más que por sus actos cometidos en determinados momentos. 

    Es la forma de tratar la trama y el hecho de no usar Flashbacks en las declaraciones de los testigos, lo que da un toque de originalidad a la película, porque de primeras la historia no pasaría por ser nada nuevo ni en sus tiempos. De originalidad y de ambigüedad ante los personajes, porque cuando termina la película tenemos la sensación de que los personajes tienen y esconden mucho más que los típicos made in Hollywood. 

    Un gran abogado deseoso de volver a encontrar la magia que un día perdió, un ayudante que por avatares del destino se echó a la bebida y que con la confianza del abogado encuentra un motivo para centrarse, un fiscal ambicioso, un marido celoso acusado de asesinato y una mujer que le da motivos de sobra para estar tan celoso. Las interpretaciones de James Stewart, Arthur O’Donell, George C. Scott, Ben Gazzara y Lee Remick, hacen que estos personajes puedan ser tan complejos pareciendo de tan de plantilla de primeras.

Vicente Martínez

Nota de Vistecheap


    El traje, tal y como lo conocemos hoy en día, tiene su origen en Inglaterra. Se hacían a mano por los maestros de sastrería, quienes cogían aprendices a partir de los 12-14 años, y les comenzaban a enseñar el oficio. Debían pasar al menos cuatro años hasta obtener la categoría de oficiales. Era curioso saber que se confeccionaba la chaqueta de un tejido y el pantalón y el chaleco de otro. Aunque empezaba a despuntar el traje como una prenda de uso cotidiano, la elegancia la seguían marcando los trajes de etiqueta como el esmoquin, el chaqué o el frac.
    Allá por los años 30, el traje empiezan a tomar las medidas y hechuras tal y como lo conocemos en la actualidad. De hecho, los patrones de aquella época aún se consideran válidos en la actualidad, con las modificaciones pertinentes que la moda y el nuevo ritmo de vida han impuesto hoy.
    Una de las mayores evoluciones que se ha dado en el traje es el pantalón. En un principio se vestía un pantalón corto, por debajo de la rodilla, pero que no llegaba hasta el zapato, dejando ver al completo los calcetines. Eran una especie de pololos o bombachos. También a principios de 1900 se vestían chaquetas o levitas largas, que se fueron acortando para darles mayor comodidad.
    A partir de finales del siglo XIX y principios del XX, se alarga el pantalón, y empiezan a tomar las medidas, tal y como los conocemos en la actualidad.
     Los trajes más elegantes son los de colores oscuros como negros, grises oscuros o azules oscuros (tipo azul noche). Los trajes de otros colores, según el manual del perfecto "gentleman" se dejaban para los fines de semana y otras ocasiones menos formales (verdes, marrones, etc.).
    La moda inglesa, mucho más clásica, mantiene las hechuras desde hace décadas, mientras que franceses y sobre todo italianos, imponen nuevas formas y nuevas innovaciones en el traje masculino.
  Se utilizan principalmente, lanas, de gran "pesaje" con tejidos muy tupidos, que actualmente han evolucionado a una gran diversidad de tejidos, mucho más ligeros. Otra de las características de la moda actual, es la pérdida de terreno de la sastrería a medida, en favor de la moda de serie o comercial.
    Aunque cabe destacar, que aún existen sastres y sastrerías de reconocido prestigio internacional como Gieves & Hawkes, en Londres o Savile Row, donde se viste el Príncipe Carlos de Inglaterra.
   A parte de la confección, es muy importante que el traje se confeccione con telas de gran calidad, en el que la reina sigue siendo la lana, en todas sus variedades, consiguiendo excelentes resultados en trajes para cualquier temporada.